Agricultura
Pérdidas millonarias por sequía; inexistentes apoyos gubernamentales
*De las 122 mil hectáreas de frijol que se siembran tradicionalmente en Sombrerete, sólo se trabajaron 90 mil, y se predicen grandes pérdidas por la falta de lluvias
*De las 100 mil cabezas de ganado que hay registradas en la Asociación Ganadera Local, se prevé que al menos el 50% se vendan porque no hay pastura ni agua para mantenerlas
SOMBRERETE, ZAC.- El paisaje es desolador. Hasta donde alcanza la vista la tierra colorada clama al cielo una gota de agua, está seca y sin cultivos. En los surcos de las pocas hectáreas que fueron labradas apenas asoman una que otra planta marchita de frijol cada tres, cuatro y hasta cinco metros. Faltó agua.
A las orillas de la carretera los campesinos cuidan que sus rebaños no invadan los carriles mientras pastan lo que van hallando a su paso. “No hay pastura ni agua y no va a haber; con este ya son dos años malos”, dice Manuel, el vaquero que cuida de unas reses bajo el inclemente sol septembrino.
Termina septiembre con un pronóstico catastrófico para la agricultura y la ganadería; la falta de lluvias repercutirá directamente en la producción de frijol y otros cultivos y el hato ganadero disminuirá considerablemente, coinciden campesinos de la región.
La sequía está matando la zona frijolera (Sombrerete, Río Grande, Saín Alto, Gral. Francisco R. Murgía (antes Nieves) Juan Aldama, Miguel Auza y Villa de Cos) considerada como el granero de México, por sus vastas cosechas del alimento.
Este año, por segundo año consecutivo, la producción en esa zona fue mermada por falta de lluvias; de las 122 mil hectáreas destinadas a la siembra de este alimento en Sombrerete, sólo se sembraron alrededor de 90 mil que prácticamente se perdieron en su totalidad, precisó Jesús Beltrán, director de Desarrollo Rural del Ayuntamiento.
De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de los 58 municipios de Zacatecas, 41 presentan sequía extrema, 15 severa y sólo dos moderada; las lluvias que se esperaban a finales del mes no llegaron.
Los años de bonanza terminaron cuando dejó de llover, pues, al menos en Sombrerete -principal productor de frijol a nivel nacional-, las tierras de cultivo son de temporal, cultivos de los que depende también la alimentación de los hatos ganaderos.
El funcionario municipal no vacila en afirmar que tanto a productores como al ayuntamiento le espera un tiempo difícil, pues la economía del municipio depende en su totalidad de las cosechas, ya que aunque en Sombrerete también hay actividad minera, lo verdaderamente fuerte es el frijol.
Sólo en este municipio son aproximadamente 17 mil familias afectadas por la sequía, de acuerdo con información oficial.
Apoyos a destiempo
En Zacatecas se siembran aproximadamente 550 mil hectáreas de frijol con rendimiento de 300 a 800 kilos, incluso una tonelada por hectárea con buen temporal, principalmente de las variedades Negro, Pinto y Claro.
Entre los costos de producción (semilla, preparación de la tierra, diésel, agua si es de riego, escarda, fertilizantes, acarreo, desgrano, pago a trabajadores, etc.) en promedio se invierten de 19 a 22 pesos por kilo de frijol.
La producción es costeada casi en su totalidad por los agricultores, ya que la mayoría de los programas de apoyo al campo desaparecieron en 2018, por ello este año la sequía golpeó duramente la economía rural.
Productores de la región frijolera coinciden en que no hubo apoyo real al campo, “repartieron semilla de avena y fertilizante, pero lo entregaron a destiempo”, lamentaron. De esos apoyos, dice Beltrán, “llegaron a Sombrerete muy pocos y a destiempo”.
Al respecto, Jesús Beltrán Pérez dijo que aunque el apoyo nunca sobra, de los campesinos que recibieron uno u otro apoyo decidieron guardar la semilla o el fertilizante para el próximo ciclo agrícola, porque para este se les pasó el tiempo.
El panorama para los otros cultivos no es diferente. En Estación Frío, por ejemplo, lucen igual las parcelas sembradas de frijol que las de trigo.
“No hubo agua suficiente”, insiste Beltrán Pérez, quien explica que las matas de frijol, para este tiempo (finales de septiembre) deberían tapar los surcos por ambos lados y el trigo ya debería estar espigando cuando apenas levanta unos centímetros del suelo, porque los cereales necesitan más agua.
Ante el desolador pronóstico de pérdida, el funcionario municipal dice que lo que esperan los que se atrevieron a sembrar y perdieron las cosechas, es lo que dé la tierra seca para forraje.
Sobrevive la ganadería
A la orilla de la carretera Manuel cuida que sus animales no se suban al asfalto para evitar accidentes, vigila que las vacas coman lo que van hallando a su paso porque es lo que tiene para darles de comer.
Esta actividad está prohibida, informa José Guadalupe Leaños Macías, presidente de la Asociación Ganadera Local de Sombrerete, sin embargo, como autoridad se hace “de la vista gorda” porque sabe que es la única forma en que pueden sobrevivir los hatos del municipio.
Según el último conteo de la Ganadera local, en Sombrerete hay 100 mil cabezas de ganado y 3 mil 300 socios ganaderos, que estadísticamente tienen de 30 a 40 vacas, aunque en realidad algunos “pudieran tener 500 vacas y otros sólo 10”.
“Este año nos está pegando muy fuerte por la sequía. Venimos de un año malo para las cosechas y no tenemos inventarios de pasturas para alimentar al ganado este 2023. Estamos sufriendo la sequía”, lamentó Leños.
El líder ganadero dijo que en algunas zonas les ha llovido aunque sea poco, como en Zapata donde creció la hierba o como en el predio en el que Manuel pastorea su ganado, “pero en Los Llanos y cerca de la sierra la gente ya les está dando nopal a sus hatos porque no hay que coman y en pleno tiempo de aguas la gente está llevando pastura y agua a sus animales”.
Dijo que la gente está vendiendo el ganado antes de que se les mueran porque no tiene con qué mantenerlas, “si las cosas siguen igual, para 2024 los hatos ganaderos de Sombrerete disminuirán a la mitad”.
Cortesía: LUCÍA DINORAH BAÑUELOS // LNZ